Oso pardo - Ursus arctos
Cabeza ancha, el hocico prolongado, siempre plantígrados, con cinco dedos en todas las extremidades y las uñas nunca retráctiles. Cráneo con el rostro alargado y la caja cerebral estrecha; globos auditivos pequeños; apófisis mastoideas salientes. Dientes carniceros casi sin carácter de tales; los tres primeros premolares, lo mismo maxilares que mandibulares, muy pequeños.
Color pardo, variando individualmente del isabela claro al sepia oscuro. Los
matices más frecuentes son el tierra de sombra y el pardo Prout. El pelo es
generalmente muy oscuro, casi negro, en la raíz, y de un matiz amarillento,
tirando a ocre o a Isabela, en la punta. Las patas, desde bastante arriba, son
negras o de un pardo de clavo muy oscuro
El peso medio de las hembras alcanza los 85,4 kg (extremos de 53 y 140 kg ) y 113,5 kg el de los machos .
Es común que el peso otoñal llegue a ser un 70% superior al peso primaveral, tras el período de hiperfagia previo al letargo.
El dimorfismo sexual empieza a apreciarse a partir de los tres años de edad. Con cuatro años, el macho suele pesar un 88% más que la hembra. Debido a la competencia masculina durante el celo, la robustez es un rasgo propio de los machos y aumenta hasta una edad avanzada.
Por el contrario, las hembras detienen su crecimiento cuando
maduran sexualmente, lo que les permite consagrar más energía a la crianza de
la prole.
La hibernación es una de las facetas mas populares de la vida de los osos. El inicio depende de factores meteorológicos, la disponibilidad de alimento y las características individuales. En general, los machos adultos permanecen activos más tiempo y salen primero de las cuevas, mientras que las osas preñadas son las primeras en entrar y las últimas en salir, ya en compañía de su prole.
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