Los machos adultos permanecen activos más tiempo y salen
primero de las cuevas, mientras que las osas preñadas son las primeras en
entrar y las últimas en salir, ya en compañía de su prole. Antes de hibernar,
los osos pasan por un periodo de hiperfagia y consumen grandes cantidades de
alimentos de elevado valor calórico, incrementando su capa de grasa para la
hibernación.
La hibernación de los osos consiste en un estado de
dormición o letargia invernal que hace descender su ritmo cardiaco desde 40-50
hasta unas 10 pulsaciones por minuto, el ritmo respiratorio baja a la mitad y
la temperatura se reduce en 4 ó 5 grados. El oso deja de comer, beber, defecar
y orinar y mantiene las constantes funcionales gracias a la energía
proporcionada por las reservas grasas acumuladas en otoño.
La hibernación viene precedida por la búsqueda de una cueva
y su acondicionamiento con una cama de hierbas y ramillas
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