Según señalan desde el Departamento de Agricultura,
Ganadería y medio Ambiente, en condiciones normales, el oso pardo tiene miedo
del hombre y lo evita, incluso cuando se producen encuentros fortuitos con
senderistas y otros usuarios del monte. Por ello, recuerda que, en estos casos,
el sentido común debe imperar. "Ante avistamientos o encuentros como los
del pasado fin de semana, debe respetarse la tranquilidad del animal, evitando
el acercamiento y la molestia intencionada", puntualizan.
Ante el posible avistamiento de un oso, las autoridades realizan una serie de recomendaciones:
Asegurar que el oso pueda
identificarnos, manifestando nuestra presencia y dejándonos ver y oír a
distancia suficiente.
Movernos sin hacer aspavientos y sin brusquedad.
No cortarle el paso ni bloquear las posibles vías que
pudiera utilizar en su huida.
Alejarse despacio del lugar y del itinerario que el oso
podría tomar.
En el caso de un encuentro con una osa y sus oseznos, no
interponerse nunca entre la madre y sus crías, y mucho menos acercarse a tratar
de contactar con el cachorro.
En otros paises del norte y este de Europa hay importantes
poblaciones de oso pardo que, sin embargo, apenas interfieren con el hombre.
En norteamérica los encuentros con el oso negro (mas numeroso) y en menor
grado con oso grisslie son más frecuentes, sobre todo en algunos parques
nacionales. Las autoridades advierten y obligan al cumplimiento de estrictas
normas para reducir el peligro que, no obstante, siempre existe y es asumido por
la sociedad y los excursionistas
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